martes, 11 de junio de 2013


Nos veremos en la cumbre
de Zig Ziglar
La vida es única,  por lo que es imperante darse cuenta de que se debe hacer un cambio en la forma que vivimos ya que en muchas ocasiones las personas llegan a la tumba llevando su propia música sin tocar.

Desde un punto de vista, las personas están donde están porque desean estar ahí y regularmente se debe a la “basura” que nos entran a nuestra mente desde muy jóvenes. Lo importante es reconocer que el futuro es ahora, debemos olvidar las cosas pasadas y seguir avanzando hacia el objetivo. Hay que evitar el rengueo de perdedor, creyendo que uno no merece triunfar debido a condiciones de nacimiento y olvidando que nuestro éxito y felicidad comienza por nosotros mismos. Tenemos la habilidad necesaria para alcanzar el éxito.

Todo hombre fue diseñado para la realización, formado para alcanzar el éxito y dotado con las semillas de  grandeza y reconociendo que no es necesario culpar a nadie más por ningún problema ya que tenemos en nuestras manos el poder para triunfar o fracasar. Un punto destacable es el hecho de que uno cosecha lo que siembra por lo que  podemos obtener todo lo que queramos de la vida, si ayudamos a otros a obtener lo que desean.

Nuestra imagen. 

La imagen que tenemos de nosotros mismos es fundamental para triunfar, cuando cambiamos la imagen el rendimiento se modifica. La biblia dice “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De tal manera que no podemos comportarnos consistentemente en una forma que sea inconsistente con la manera en que nos vemos a nosotros mismos.

Muchas veces somos llamados ladrones porque nos robamos la oportunidad de triunfar. Cuando no creemos en nosotros mismos y tampoco utilizamos al máximo nuestra habilidad, literalmente nos estamos robando a nosotros, a la gente que nos rodea; y como nuestra productividad es menor también estamos robando a la sociedad.

La oportunidad para el crecimiento y servicio están dentro de uno mismo por lo que toda motivación debe ser intrínseca.

Es tan importante, que cualquier factor que influya negativamente en nuestra imagen puede provocar mucho daño. Entre  las causas que provocan tener un imagen deficiente están el vivir en una sociedad negativa que constantemente critica la forma de ser de los individuos, otro factor es el efecto que ejercen los demás sobre uno mismo provocando hasta complejo de inferioridad; influye, además, el que se confunda el fracaso de un proyecto con el fracaso en la vida. Otra  causa es la tendencia a alimentar el sentimiento de inferioridad, es igual de dañino la comparación irreal o injusta de experiencia, es decir, nuestros fracasos frente a éxitos de otros. Por último, está el problema que se desprende por comparar las peores características propias contra las mejores del otro.

Las personas que tienen una autoimagen deficiente se revelan rápidamente por su naturaleza crítica y celosa. Recienten el éxito e incluso la cantidad de amigos que tienen otros. Tienden a incomodarse incluso cuando esta sola o inactiva y tienden a desmotivarse fácilmente. Como individuos consistentemente actuamos conforme como nos vemos.

Por otra parte, observamos que las personas con autoimagen positiva se manejan bien en todos los ámbitos. Entre los pasos que se pueden trabajar con el fin de construir una autoimagen sana están:
  • ·        Hacer un inventario de todas las cualidades positivas que tenemos. Considerando que debemos querernos a nosotros mismos tal como somos. Dios nos creó y definitivamente El no hace porquerías.
  • ·        Debemos cuidar nuestra apariencia externa ya que esto tiene un efecto poderoso en la manera en cómo nos sentimos por dentro.
  • ·        Es importante escuchar y leer las biografías de personas que utilizaron lo que tenían y obtuvieron mucho de la vida al hacer aportaciones a la misma.  Debemos conocer vidas de personas que surgieron de las cenizas del error, para tomarlo como motivación para alcanzar el éxito.
  • ·        Resulta motivador escuchar a personas conferencistas que destaquen por dar charlas motivacionales.
  •         Unirse al club de la sonrisa y el elogio,  ya que una de las principales maneras de hacer que todos los demás se sientan mejor es extender el optimismo y el buen espíritu.
  • ·        Hacer algo por alguien, puesto que al hacerlo obtendremos mucho más de lo que físicamente podemos dar. Además, nadie  es inútil en este mundo si  aligera la carga de alguien más.
·        La autoconfianza es clave para tener una autoimagen sana, muchas personas jamás intentan nuevas cosas por su temor al fracaso. Es importante hacer una lista de nuestras cualidades positivas y negativas. Debemos presumir de nosotros mismos. Hacer una lista de las victorias que hemos tenido en el pasado con el fin de construir nuestra confianza y reafirma que estamos siempre a nuestro favor, no en contra.
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Finalmente, es fundamental aceptarse a uno mismo tal como es y reconocer que nadie nos puede hacer sentir mal  ni inferior sin nuestro consentimiento. Debemos aceptar que merecemos las cosas buenas de la vida.

 Nuestra relación con los demás.
La vida es un eco, lo que mandamos fuera se nos devuelve, como dice el dicho cosechamos lo que sembramos; por lo tanto, es sumamente importante tratar bien a los demás. Debemos buscar lo bueno de cada persona. Es imposible influir en alguien más para bien y darles un estímulo sin adquirir un beneficio propio.

Un accionar que vale la pena desarrollar es darles cumplidos constantemente a los que nos rodean; no cabe duda podemos obtener todo lo que queremos en la vida si ayudamos a otros a conseguir lo que desean. Este pensamiento nos reafirma que obtenemos lo mejor de otros cuando damos lo mejor de nosotros mismos.

         Nuestro éxito es el resultado de percibir las necesidades de otros y de hacer algo al respecto. Un componente que debemos destacar es que regularmente tratamos a otros como los vemos, y más aun; las faltas que vemos en los demás son las que definitivamente tenemos; por eso se dice que cuando señalamos a otro hay tres dedos que nos señalan a nosotros mismos. Ciertamente debemos buscar el bien en los demás debido a que es la mejor manera de encontrar nuestro propio bien.

         Afectamos a otros sea para bien o para mal, positiva o negativamente. Por esta razón es tan importante mantener una perspectiva adecuada y una buena actitud hacia los demás.

Nuestros objetivos en la vida
El proponerse objetivos es fundamental para ser exitosos; no se puede llegar a ningún destino si no se tiene un plan de cómo lograrlo. La vida es valiosa y solo se sostiene en tanto se obtenga algo valioso como objetivo. Los objetivos en la vida son importantes y virtualmente casi todo el mundo lo sabe.

Esencialmente hay seis clases distintas de objetivos: familiar, mental, físico, social, espiritual y financiero. Sea cual sea el objetivo propuesto hay que destacar el hecho de que debemos creer en que lo lograremos. El precio del éxito es mucho menor que el del fracaso. Cuando fijamos objetivos, en nuestro interior se despierta algo que nos dice “andando”. Estos deben ser grande para crear el estimulo necesario para llegar al logro.

Sin duda alguna  que la manera en que vemos la vida determinara primordialmente lo que obtendremos de ella. Por eso es importante  formularse objetivos a largo plazo ya que podemos ir más allá, hasta donde la vista alcance y cuando lleguemos ahí siempre veremos más adelante. Los objetivos constituyen un elemento esencial para alcanzar el éxito y para alcanzarlos debemos ser honestos con nosotros mismos, visualizar el alcance del mismo; hay que fijar los objetivos en nuestro subconsciente, debemos creer que lo lograremos, debemos tener fe.

Nuestra actitud.
La actitud es más importante que la aptitud. Podemos alterar nuestras vidas alterando nuestras actitudes. Si una actitud es buena, mala o indiferente se puede cambiar. Ser optimista es esencial para lograr éxito ya que una actitud positiva tendrá resultados positivos debido a que las actitudes son contagiosas. No podemos ajustar las situaciones a la vida pero podemos ajustar la actitud para que concuerde con ellas. Cuando caigamos debemos levantarnos ya que la derrota es el mejor maestro del cual se puede aprender para ganar.

Algo de sumo cuidado es aprender a manejar nuestra mente puesto que es en esta en  donde surge la actitud y todo pensamiento entremos en ella tiene cierto grado de efecto. Debemos, pues controlar los pensamientos positivos con todo lo positivo que sea necesario y que nos ayude cambiar la actitud; la motivación es necesaria. Nuestra mente actúa en base a lo que la alimentamos. En este caso los hábitos constituyen un alimento para el éxito. Quienes tienen buenos hábitos ya tiene una parte del camino recorrido.

Es necesario que frenemos los malos hábitos porque son los más difíciles de dejar; podemos hacerlo pidiendo ayuda de Dios, de personas que tienen buenos hábitos, entre otros. La cortesía, la felicidad y entusiasmo constituyen buenos hábitos.

En efecto, los hábitos nos forman o destruyen. Debemos reconocer que hacer las cosas duras hoy nos prepara para las cosas grandes del mañana.

Nuestro trabajo.
El trabajo es el precio que debemos pagar por recorrer las carreteras del éxito. Cuando se hace duro andar los duros siguen andando. No cabe duda que para alcanzar  el éxito, debe de saber lo que está haciendo, gustarle lo que hace y creer en lo que hacen. Las personas exitosas aman su trabajo y han entendido que no es conformarse con recibir lo que otros les den, es dedicarse a conseguir las cosas por sus propios medios. Cuando se le  da una dádiva a un hombre, se le niega su dignidad y cuando se le niega su dignidad, se le roba su destino. El trabajo nos da algo más que ingresos para vivir, nos da la vida. Los hombres rara vez son felices a menos que se sostengan a sí mismos y contribuyan a otros.

Una frase famosa dice que la única diferencia entre el tipo que se hace grande y el individuo común es que el que se hace grande es el individuo común que siguió trabajando. Por eso es necesario saber que no importa cuántas veces caigamos, nunca estaremos vencidos si nos volvemos a levantar. Siempre que luchemos por algo aunque no lo consigamos en su momento, no debemos abandonar ese objetivo: la perseverancia tiene un valor incalculable.

Ahora bien, en la vida, antes de poder obtener algo es necesario invertir algo. Si luchamos lo suficiente y con entusiasmo, tarde o temprano seremos recompensados.

VI.           Nuestros deseos.

El deseo es el ingrediente que cambia el agua caliente de la mediocridad en vapor del éxito destacado. Permite que un individuo tome la habilidad que posee y la utilice al máximo.

Indiscutiblemente que el poder del anhelo es más importante que el poder de percepción. Cuando damos nuestro esfuerzo total a algo, ganamos sin importar el resultado, debido a que  la satisfacción personal del esfuerzo total nos hace ganadores.

En efecto, el deseo es el ingrediente que constituye la diferencia entre un individuo promedio y un campeón. Por eso se destaca el hecho de que no es importante la situación, sino la forma de como reaccionamos ante ella.

Para concluir, es necesario destacar que debemos ser perseverante en aquellas cosas que realmente deseamos conseguir, porque si es así lo conseguiremos. El intentar es muestra de poder, el desear es muestra de ambición. La ambición sin intentar es como un barco en la arena.



 Espero que reflexionen sobre leído. Son pequeñas cosas que nos hacen grandes.
Una gran obra maestra está llena de pequeños detalles.

Ana Erika. 
"Nos veremos en la Cumbre" de Zic Ziglar.